Cada mañana para él
tienes tu primer pensamiento.
Es la primera luz del día
y tu primera sonrisa.
Cuando se marcha tu marido
y sola tomas el café que te conforta.
Cuando bajo la ducha tu piel enjabonas,
sientes sus manos que ya no están.
Lo recuerdas con la ternura del ayer.
Unos días que te regaló la vida
y que acabó en una noche llena de amor.
Pero sabes que la vida continúa
y que quizás algún día el destino
te reserve otra oportunidad para estar con él.
Rafa Marín
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