Supe de tus éxitos
como hermosa mujer.
La revistas de moda
exponen tu cara
y tu cuerpo sin par.
Tu sonrisa forzada
y tus ojos de mirada vacía.
Aún recuerdo ayer.
Cuando casi harapienta tú
y yo pobre poeta sin futuro,
compartíamos aquella copa de vino
mirando al atardecer.
Nuestros sueños ya olvidados
de un mundo más justo
y los de la libertad para la mujer.
Tus disgustos cuando veías
desfilar a las jóvenes
y tus recelos cuando te decía
de tu cuerpo de diosa.
Ahora supongo que olvidaste
aquellos sueños
entre el perfume y el boato.
Rafa Marín
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