Las miradas que hoy
me dirigen tus ojos,
las voy escondiendo
en un rincón secreto.
Tienen ellos esa luz,
con la que el cielo
pinta de azul la mañana.
Las promesas claras
que ahora me lanzan,
están llenas de una amistad,
que a mi ya no me alcanza.
Rompiéndose está
ahora mi alma,
que te devuelven la mirada;
tan triste como son mis sueños.
Tú de otro enamorada
y a mí las demás
no me dicen ya nada.
Rafa Marín
La soledad del no sentirse amado.
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