Noto la cálida turgencia
de tus senos en mi espalda.
La osadía de tus manos
que impúdicas
recorren mi cuerpo
y tu perfumado aliento
que en mi oído susurra
las sensuales delicias
que prometes dedicarme.
Noto mi cuerpo
que responde a las caricias
y la urgencia que me invade.
La luz que entre los visillos se cuela
dibuja en la penumbra
este mágico momento.
Quema en mi hombro
el roce de tus labios
y en mis ojos queda impresa
la figura de tu cuerpo
que desnudo me muestras.
La tarde se llena
de deseo y risas quedas.
Rafa Marín
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