La visión del estanque,
con los nenúfares en flor.
La rivera con juncos
y el monótono zumbido
de las inquietas libélulas.
Tú que emerges poco a poco,
entre las aguas sonriendo
y desnuda.
Me miras a los ojos sonriendo
y leo una promesa
que seca mi boca al momento.
Me recuesto de costado
y dejo volar mi imaginación,
anticipando el momento
en el que nuestros cuerpos se unirán.
Poco a poco vas saliendo de las aguas
y tu cuerpo brilla húmedo bajo el sol.
Eres una diosa que se ofrece desnuda.
Rafa Marín
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