Me llegan tus palabras
que no son más que reproches
que me tiras a la cara.
Llenas de virtudes de otros
de los que no sabía nada.
Pretendes que te haga la cama.
Pero sabes que no soy hombre
de quedarme esperar
cada mañana tu llegada.
Tú quieres que eso yo haga.
Pero me gustaría estar
para deshacerla y prepararte
el desayuno después.
Sin embargo me reservas
para escribirte versos.
Para llenar de sueños las noches
que compartes con otros.
Rafa Marín
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