Con el
viento de la tarde
eché mis
velas a volar.
El horizonte
brumoso
que
nunca se acerca
es mi
destino en este peregrinar.
Voy tras
los pasos de una sirena
que una
noche
desde mi
ventana oí cantar.
No pido
consejos
ni a la
luna ni a las estrellas
en esta
noche tan próxima.
Sólo encomiendo
mi verbo
a quien
lo quiera escuchar.
Marinero
de ojos tristes
que se
puso a navegar
por el
vacío de la noche
en busca
de su sirena
a la que
una noche oyó cantar.
Rafa Marín
todos vivimos buscando eternamente una sirena,en este océano de lamentos.
ResponderEliminartodos vivimos buscando eternamente una sirena,en este océano de lamentos.
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