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lunes, 18 de mayo de 2015

Son las cuatro de la madrugada

Con las estrellas brillando en un día
en el que aún no clarea la mañana.
Sale corriendo mi cuerpo mientras mi mente
en la cama todavía espera.
Soñando con tus ojos que hoy no tuve cerca.
Del sueño salgo después de dos cafés solos
y amargos como esta madrugada.
Se hacen tan largos estos minutos de espera
y de repente todo como  un huracán comienza.
Entre empujones y carreras, como empezó acaba.
Todo silencio y a mi mente vuelven los recuerdo.
Hay días en los que pienso, de una de estas
cualquier día no salgo y todo se acaba.
Sin volver a sentir tus manos en mi espada
cuando por la noche vuelvo
con la mirada triste y el alma cansada.

Rafa Marín

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