Caminando vas
por estas calles vacías
que son tus horas.
Nada que te llene
y nada que se muestre
que debes hacer.
Un continuo ir a trabajar
y que te roba el día.
Te asaltan las noches
siempre llenas de frías sombras.
Los bares de copas llenos
de risas vacías y almas rotas.
Noches de esperar el amanecer
para poder encontrar el sueño
que te haga sentir viva.
El café que sólo endulzas
con el beso de tu boca.
Otro día en la oficina tan fría y vacía.
Sólo tú y el eterno deseo de volar
tan lejos como te permita la locura.
Rafa Marín
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