Anoche llorabas en silencio
mientras yo como un ladrón
de la cama escapaba.
Ahora que te he llamado
ríes con esa cristalina voz
que tanto me gusta.
Ya ves un día muy seria
me preguntaste
si a la muerte temía.
Aquel día yo callé,
no sabía que contestarte.
Hoy tras esta loca madrugada
te diré que mi único temor
es no volverte a ver.
No sentir tu beso en mi espalda
ni el roce de tus dedos
ni oír el te quiero
cuando finjo que duermo.
Rafa Marín
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