Siento ahora mis manos
huérfanas de tus cuerpo,
en ellas no están
las curvas de tus caderas.
Los ojos que tengo
como platos abiertos
no son más que dos
agujeros ciegos.
Si delante de mí no te tengo.
No oigo en mis oídos tu voz
que susurra y pienso
que me quedé sordo.
Que sentirte yo quiero
como un soplo.
Sin el perfume de tu pelo
tu cuerpo y aliento
se quedo mi nariz.
No me los trae el viento.
Pero mi boca, ella
se está muriendo
que no siento
tus labios ni tus besos.
Rafa Marín
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