Te recuerdo
amor,
después de tanto
olvido.
Aquí junto a
este mar tan vivo.
Con un libro en
las manos
y en mis ojos estas
perlas
que se derraman
por mi cara.
Te recuerdo,
cuándo entre
risas
a la ventana
asomada
y toda vestida
de blanco me llamabas.
Te soñaba amor
como a una novia
que frente al
altar me esperaba
sonriendo
ilusionada.
Pero se torció
el destino
en estas ruinas
que fueron
nuestra casa.
Aquella maldita
noche que llegue
y tú ya no
estabas.
Entre muchos
sujetaron
mi cuerpo enloquecido.
Tú toda vestida
de blanco,
para siempre
descansabas.
Entregué a las
llamas
los muros de la
casa,
los recuerdos y
mi alma.
Para no volver
jamás a visitarla.
Pero herido
estoy mi amor,
herido de amor y
de todo el olvido.
Rafa Marín
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