Recuerdo aquel día
que parece estar en mis ojos
más que en mi memoria,
Te vi y supe en ese instante
que Tú eras la mujer.
Un ángel que vino a verme y sonrió.
Cuánto amor, tanto que mi corazón
se detuvo a sentirte.
Corrí tras de ti
y no sabía que decirte.
Pero las alas de Cupido
volaron para mí.
La luz de tus ojos
me decían que si
y yo creí morir de amor.
Han pasado todos estos años
y en mí el volar de mariposas sigue ahí.
Caricia suave y loco frenesí
que me lleva cada noche
a contemplar tu sueño.
Rafa Marín
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