Salto a la noche
desnudo de alma.
Como un gorrión
que en la rama
aterido descansa.
Sueño con ese
amor
que no necesita
palabras.
Una ilusión que
solitaria
y musa ahora
clama.
Tú, que
entiendes mis tristes
y dolidas
palabras.
¿No querrás ser
quizás mi hada?
Pido mucho, ya
lo sé.
Pero qué quieres
que haga.
Mi corazón no
entiende
de esquinas ni
trabas.
sólo sabe que
sin ti
las madrugadas
son amargas.
Rafa Marín
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