Me sorprendió la madrugada con tu caricia.
Espantó los miedos
que llegaban a lomos de los sueños.
Te veo sonriente y desnuda a los pies de la cama.
Eres como una diosa perversa que me visita
y se ofrece impúdica a mi placer.
Con ojos de deseo miras al rincón
en el que ponemos nombre
y cuerpo a nuestra perversión.
Yo como amo y tú...
La silla iluminada por el foco,
y de ella colgadas están cuerda, fusta
y el pequeño collar de cuero rojo que rivaliza
con tus labios curvados en una sonrisa
que me inquieta y excita.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario