Pasan las horas y tú no apareces.
Aquí espero, junto al estanque,
donde de niña venías a mirar a los patos.
Sentado en un banco
voy mirando a todos lados,
mientras simulo estar ocupado
con un libro abierto entre las manos.
Por fin apareces al fondo,
con tu paso ligero y acompasado.
Llevas la falda que muestra tus piernas
y que tanto me gusta
y la blusa que insinúa tus formas.
Te detienes a mi lado un momento
y luego sigues caminando.
Han pasado los años
y tú ya no me recuerdas.
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