Te miraba al
atardecer
en aquella
solitaria cala.
Desnuda emergías
de las
cristalinas aguas.
A mí se me
sacaba la garganta.
Eras en esencia
la mismísima
diosa de la belleza
que sonriendo me
abrazaba.
Rafa Marín
Ella cada
madrugada
sentada en las
rocas
esperaba el
amanecer.
Y desde allí
miraba
la inmensidad
del mar.
La llamaban "la
loca".
La hermosa loca
que un triste
día
se enamoró de
las olas.
Rafa Marín
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