Conocí a mi amor entre luces de neón.
Fue como un disparo directo al corazón.
Sólo levantó la cara, miró y me sonrió.
Cruzamos madia ciudad
besándonos en cada esquina.
Correteando por las aceras vacías.
Noche de alcohol y risas.
Bailando mientras un barco se hundía
con los violines por melodía.
Y juro que la quiero
más a mi misma vida.
Ella que con un golpe de melena,
conquisto al diablo en su infierno
y lo rescató de sus miedos.
A veces camino con ella de la mano,
como un chiquillo que pasea
con la promesa de un helado.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario