Sales de casa al
despuntar el alba.
Llevas asido el hatillo,
con esas manos curtidas
de trabajar la
hoja.
Los ojos
hundidos de sueño atrasado
y la espalda
rota de cargar el miedo.
Te pasas el día
entre caña de azúcar
y tu saliva
tiene un sabor amargo.
El calor aprieta
y sólo hay agua
de búcaro para tu boca,
mientras el
capataz con vino se aclara el almuerzo
que con tu sudor
le pagas.
¡No entiende esa
bestia que eres tú quien trabaja!
La noche te trae
de vuelta a casa.
Con esa carita
cargada de soles.
De pan bien
ganado entre los terrones.
Añoras la tierra
que te es ajena.
Son los patrones
los dueños de ella.
Regresas cansado
de cuerpo y en el alma una pena.
Rafa Marín
Que duro...Y que triste es leer estas historias que de tan reales duelen en el corazón...
ResponderEliminarQue bonito escribes Rafa,,,
Un BESAZO eres un Cielo....