Me rescata de estas sombras
tu sonrisa que
sólo puedo imaginar.
Tan lejos estás
que hoy mis manos
no te pueden tocar.
Pero me consuela creer
que allí dónde estés
Tú estarás igual
y también me piensas.
Y salgo a la calle cansado
de esperar el sueño
que me rescate de una oficina
llena de gente
que hoy no me dicen nada.
Miro al cielo entre los edificios
que son tan altos como él
y de cuando en cuando
veo pasar tu cara en una nube,
viajera del viento
que nadie sabe a dónde va.
Rafa Marín
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