La mañana pasa
callada y triste.
La ventana cerrada
no tiene vida
y la cama deshecha
sólo dice mentiras.
Tus ojos no están,
huyeron con prisa
en esta mañana
que se lleva mi dicha.
Recompongo mis trozos
y me tiro a la calle
buscando tus ojos
en la calle atestada,
de miradas;
unas esquivas y otras
llenas de malicia.
Ojos que sonríen insolentes
al ver mi tristeza.
Dónde están tus ojos
de limpio mirar y triste sonrisa.
Rafa Marín
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