Se acerca la noche presurosa,
que de promesas se llena.
Todas las que en tu cuerpo deseas.
Te susurra la tarde al oído,
que en pocas horas un afortunado
te llevará como premio a su cama.
Tú, que ahora eres sólo cuerpo y deseo.
Te preparas con místico rito y eliges
las prendas que esparcerás a sus pies.
Y una sonrisa maliciosa da a tus ojos
el especial brillo que cegará a tu Lancelot.
Te sientes llena de desasosiego,
con tu escondido valle palpitando
entre humedades, anticipada visión.
Que dibujas con todo detalle.
Rafa Marín
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