La mirada del
espejo me sorprende
por el brillo de
sus ojos.
Han cambiado,
ayer estaban apagados
y hoy son como
ascuas encendidas.
Mi otro yo sale
del encierro,
se viste de
adulto formal .
Con traje y
corbata, reloj de muñeca y serio.
Ya quedan
aparcados los versos.
Ahora es el
momento de la persona
que se enfrenta
a la realidad y asume su rol.
Los poemas
quedarán aparcados
en el subterráneo
de mi alma.
Esperando su
momento.
Rafa Marín
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