Trajo la noche
el llanto amargo del recuerdo.
El miedo casi
olvidado se destapa de repente.
Me zarandea con
la insolencia de un matón.
Me lleva atrás,
a los años de infancia destrozada.
Al recuerdo de
aquel niño, que como pobre perro
que aún siendo
apaleado, besa la mano del castigo.
Cruel vida
caprichosa que me acerca al cielo
y recordando lo
pasado me deja ganar y resplandezco.
Nunca tuve nada,
sólo miedo y rencores.
Me regalan lo
más bello, lo más puro y sincero.
Y así, lleno de
esta nueva vida. Vienes tú del infierno.
Tú, que no eres
más yo. tu mente en mi yo.
Y no sé cómo ni
por qué. Me destapas con ira.
Destruyendo en
un instante tanto amor y tanto celo.
Rafa Marín
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