Te miro desde
aquí,
entre estas
sábanas
que hablan del
amor
que nos tuvimos.
Y que ahora,
frías y planchadas,
sólo dicen que
te has ido.
Me hablan de
aquellos días
en los que te
veía desnudarte despacito,
y con la tímida
sonrisa que prometía
todo lo que
después vivíamos.
Te recuerdo cada
noche que no estás,
y son tantas ya,
que no recuerdo la última vez,
aquella en la
que entre gemidos
nos juramos amor
eterno.
Por eso te
escribo, esperando leas esto
y sepas que aún
espero tu regreso.
Rafa Marín
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