La noche se cierne como un bosque tenebroso
que no da cobijo en esta fría oscuridad.
Aprovecho cada segundo que me brinda la vida
para tirar al abismo cada oportunidad que se me da.
No doy cuartel y mi alma me abandona recriminándome
con la constancia de las horas que pasan sin demora.
Solo, así me siento. Como aquel niño,
que perdido recorre los caminos con miedo.
Rafa Marín
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