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domingo, 29 de marzo de 2015

Condenado al silencio


Condenado al silencio tengo en mi boca al verbo.

Sin nombrarte voy por esta estrecha calle que es mi vida.

Donde el cielo se llena de balcones y macetas,

que sólo dan flores rojas y amarillas.

Y no permiten que se asomen a mi vista las lunas llenas

que son tus ojos y tu nombre que no digo,

como si fuese un pecado amarte sin esperar

que las sombras llenen mi cuarto.

Quisiera salir a esta misma calle y gritarle

a todo el mundo que tú eres esa diosa,

que cada noche en mi cama llena de dicha mi cuerpo

y hace latir el corazón en mi pecho.

 

Rafa Marín

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