Sin saber muy bien por qué,
sonríes mientras preparas café.
La tarde se va llenando de ausencias,
recuerdos que ya creías olvidados.
No fue tu primer amor ni siquiera el último.
Pero hoy te llega su recuerdo
y la melancolía de aquellos besos.
De las horas en el sillón leyéndole versos
y de sus caricias sin final.
De las noches mirando al cielo
y escuchándole pronunciar los nombres
de esas estrellas que ya has olvidado.
Rafa Marín
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