Me traes a mal vivir,
siempre entre dudas.
Dudando de tu amor
y de mi penar constante.
Como adorar los días aquellos,
cuando nos conocimos.
Todo engrandece tu ego
y nubla mi mente, todo se va,
se aleja funestamente.
Eres la diosa del mal presagio,
la del negro atardecer.
Sufro la soledad de verte,
siempre presente siempre confundida
y maldiciente por el cotidiano pesar.
Rafa Marín
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