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domingo, 29 de marzo de 2015

Para mi sumisa diablesa (4)



Te espero con la impaciencia

de aquel niño que sabe cierto su regalo.

Tú como culpable que espera un castigo,

miras anhelante.

Y tus manos a la espalda atadas

cruzan los dedos en ritual suplicante.

Mientras mi deseo se muestra

ante tus ojos desafiante.

Me pides sujete del pelo tu cabeza

mientras en tu boca abierta

busco el placer supremo

de tus labios que oprimen mi carne.

Así van pasando una tras otras las horas

de esta noche de lujuria, que compartimos.

Tú como sumisa y yo como tu amo.

Y al filo mismo del amanecer,

con los ojos de lágrimas cargados,

desafiantes me miran.

Mientras con la boca sujetas la correa.

 

Rafa Marín

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