Lo sabía antes de ni siquiera mirar.
Y sabiendo que serías mi mayor error,
de cabeza entre tus brazos me fui a posar.
Mis noches se llenaron de risas locas,
los días de amor al despertar.
Poco a poco en tus ojos se fue dibujando
esa sombra que siempre temí ver nacer.
Hoy solo,
desde este portal miro por si alguna vez estás,
pero sé que tú nunca volverás.
Así voy dejando pasar los años.
Escribiendo poemas en mi viejo cuaderno,
el mismo que no leerás nunca más.
Rafa Marín
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