Te espero.
Sin más ilusión
que la que me marca el deseo.
Y miro al cielo estrellado,
buscando en la noche el consuelo
que no me da este alma mía.
Se agolpan en mi pecho los recuerdos
como si fueran malos sueños.
Mi corazón late,
con su ritmo acompasado.
Me mantiene vivo
y en la desesperanza
solo encuentro este consuelo.
Tu recuerdo.
Rafa Marín
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