Me trajo la noche el silencio de tu voz.
Tras un día de tanto sentir,
llego el mensaje que siempre temí.
Me tiró de espaldas como una coz.
¿Qué hacer ahora, llorar por ti?
¿Hacer promesas de olvido que no cumpliré?
Y aquí estoy otra vez,
escribiendo estas majaderías
que no me hacen ningún bien.
Todo por llevarte siempre conmigo,
aunque esta vez sea mi reproche
el que me canta al oído.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario