Lo tienes a tu
lado silencioso y dormido.
Lleva toda la noche exigiendo amor y caricias.
Y así se pega a
tu lado todos los días
y todas las
noches sin descanso.
Lo miras dormir
y en tus ojos brilla una luz
que haría
palidecer al mismo sol si te viera.
Y una vez más lo
miras y lo besas
mientras en su
cara se dibuja una sonrisa satisfecha.
Desde que nació
no te has separado de él.
Te exige amor y
tú le darías hasta el último aliento.
Para todas las
madres
Rafa Marín