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domingo, 1 de noviembre de 2015

Una tarde de lluvia


Una tarde de lluvia

te vi llegar corriendo.

Como algas marinas

la cara te cubría el pelo.

Tus ojos me saludaban,

y lo apartabas de un gesto

Se despierta un instante

un escondido recuerdo.

Fue una tarde lluviosa

cuando sentí su dulce beso.

De la mano corríamos

felices bajo el aguacero

Dónde estará hoy?

En mis boca quedó el verbo.

No le pude a ella cantar

mis más tiernos versos.

La vida en su eterno pasar

se la llevó como al tiempo.

Dejando siempre él está

permitiéndonos este encuentro.

 

Rafa Marín

 

 

 

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