Cómo no voy a estar nervioso,
si en tus manos hoy yo pongo
corazón destino y cansado lomo.
Y tú ahí te quedas mirando
con esos tan hermosos ojos.
Cantinera de la vida te imagino
de los cuarteles en mayo.
Entre tanto sufrimiento
pa´ los mozos eres regalo.
¡Ay! si yo ahora pudiera
alistarme llevándote del brazo.
Por un peso de tu mano
hizo una canción el poeta.
No es que lo vendiera,
el poema fue un regalo.
La moneda fue pa´ vino
y poder él olvidarlo.
Dime si vale la pena
que yo escriba poemas.
Que los canto a las reinas
como le canto a la pena.
Sin más interés que despertar
una sonrisa en ella.
Rafa Marín
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