Surge amarillo de este mar
que es un paisaje de ensueño.
Un sol de calor tibio y luz brillante.
Cómo quisiera por una vez
sentirte como a él y no te siento.
Hoy del estanque ayer dorado
quedan sólo unos pocos
los nenúfares atrapados.
A su alrededor miran
los árboles deshojados.
Centinela de los días,
luce el cañaveral los festeros
y ondeantes penachos.
Como un desfile de mallorettes
de gorros engalanados.
De mil verdes sus hojas brillando
en esta espera que lo llena todo.
Mis ojos retienen de la noche
brillos que son como de lobo.
Rafa Marín
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