Hoy te
recuerdo de nuevo,
no sé, fue al
despertar y creí
que era tan
solo otro sueño.
Pero no,
fuiste tú otra vez
y mis
puntuales recuerdos.
Aquella mañana
de aquel otoño,
paseando junto
al río
que de nieblas
cargado
hacía que nos
abrazarnos.
Robamos por un
rato la barca
y como de los
sueños piratas
navegamos los
meandros.
Que delicia
era remar para ti
mirándote fijamente
a los ojos,
tanto que no
sentía ni cansancio
ni el rubor
del inútil decoro.
Pues mientras
tu reías
yo de amor me
volvía loco.
Pero sólo fue
un recuerdo,
uno de esos
que llegan poco a poco,
justo siempre al
despertar
confundiéndose
con los sueños.
Rafa Marín
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