El color del carmín conservo
sobre mi hombro.
Como una hoja que se vistió
de feliz otoño.
Como brisa del desierto
ese beso yo noto.
Sobre mi piel como ríos de lava
todas las caricias
que en la noche amor me dabas.
Cada beso fue
como una marca de ardiente hierro
que mi piel quemaba.
Cada noche sueño que de tu párvula boca
para mi son los besos.
Al amanecer ella llora en palabras de silencio,
nunca tus la labios tocan.
En la turgente calidez de tus senos se perdió
mi voz y mi sueño.
Mi labios de no besarlos se quedaron secos
como mi garganta cuando hoy los vieron.
Rafa Marín
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