No es el saludo de tu boca llena
lo que mis labios de ti quieren.
Si no tomarte de las manos.
Decirte ¡niña! me estás matando.
Con esos ojos y con esa cara
una la locura me está entrando
Con este don que la vida
en palabra me ha entregado.
Hago mil solitarias piruetas
pa' ganarme tu halago.
Maldita sea esta estrella,
que solitaria tan lejos de ti
mi boca y mi verso ha situado.
Recojo de suelo los papeles
que arrugados se han quedado.
Triste levanto la vista y miro
de la libreta su lomo mermado.
Sólo queda vana la esperanza.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario