En este mundo de letras
en el que juego.
Soy a veces
susurro del céfiro
y otras yunque
que el hierro forja.
Pero siempre,
un puro sentimiento.
Me pides que calle,
que de mi boca
silencie el verbo.
Mirando tus ojos digo.
Que para que mi boca
no te cante la has de cerrar
tú con tus ávidos besos.
No quiero promesas
de esa boca melosa
que cuando me besa
es aliento de diosa.
Lo que la vida me quita,
sólo tú flor hermosa
lo devuelves. Dulce néctar.
Rafa Marín
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