Imagino un
mundo
del que se
erradique la pobreza.
Un mundo
feliz,
sin clases sin
hambre ni guerra.
Abro los ojos,
descubro que
mi mente no acierta.
Se llenan las
calles
de ondeantes y
vistosas banderas
y mis miedos
son
una cruel
pesadilla que me despierta.
Unos están
favor
y otros
responden con sus querellas.
Sólo pregunto
yo,
¿por qué ocurre tamaña torpeza?
No es cuestión de patrias ni
de tierras ni fronteras.Unos esconden
sus robos y saqueos
tras la verborrea.
Los otros se
inmolan
en el altar de
la patria con presteza.
Mejor ser
mártir
que pasar por
un político sinvergüenza.
Rafa Marín
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