A veces creo que,
toda mi vida está muerta.
Es como esa soledad,
de la araña
que en invierno
la brisa despierta.
Siempre quiere más,
pero su red solo tiembla.
A veces creo que soy,
lo que nunca comprendo;
doses y sietes al póker,
una jugada mintiendo.
Llego, como la turba,
escondida en el suelo.
Si me dejas lo suficiente,
acabaré por ti ardiendo.
No me busques yo no soy,
más que materia muerta,
ojos verdes blancos huesos.
Si me miras te veo,
como se ven tus ideas
reflejadas en este espejo.
Rafa Marín
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