Miro el silencio de tus ojos,
pulido cristal que iriséa meloso.
Ayer que eran el bullir infatigable,
la primaveral colmena
que no tuvo tiempo para el ocio;
se ha vuelto ámbar.
Tú mirar es un testigo sincero,
el resplandor viejo del oro.
Rafa Marín
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