Siempre quise ser,
el jardinero fiel a la rosa,
el de manos delicadas,
que esculpe y no poda.
Con una tenue melodía,
cual risa en mi boca,
como un sueño feliz,
ahora se me antoja.
Jardinero en su jardín,
bajo las verdes copas;
arriate que no tiene fin,
paraíso de las mariposas.
Sin miedo a sus penas vivir,
sin recuerdo de derrotas;
una simple alma feliz,
manchadas manos de terracota.
Siempre lo quise,
¿lo sabes, verdad que si?
Arrodillarme en la tierra,
el jardinero fiel a la rosa,
el de manos delicadas,
que esculpe y no poda.
Con una tenue melodía,
cual risa en mi boca,
como un sueño feliz,
ahora se me antoja.
Jardinero en su jardín,
bajo las verdes copas;
arriate que no tiene fin,
paraíso de las mariposas.
Sin miedo a sus penas vivir,
sin recuerdo de derrotas;
una simple alma feliz,
manchadas manos de terracota.
Siempre lo quise,
¿lo sabes, verdad que si?
Arrodillarme en la tierra,
sin nada que pedir.
Rafa Marín
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