Entrecierro los ojos,
con esta ausencia de sueño,
aún no apagé aquel miedo
entre vacías amenazas.
Miro por la ventana,
es sólo la misma jaula
cerrada de ayer.
No hay carreras bajo la lluvia,
sólo un vecino solitario
arrastra al maldito juguete.
Los perros ladran
y el juguete también.
De pronto son las seis,
el sueño fue un flash,
miro por la ventana,
¿quién trajo esta jaula?
¿Acaso de ella nunca saldré?
La mañana por fin se levanta,
es tu sonrisa de mujer,
un sol que me abraza,
al atardecer te veré;
con la misma luz cansada,
con la misma tristeza de ayer.
Rafa Marín
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