Sales otra vez,
a este cielo gris de la mañana;
al vacío de calles repletas,
a los sueños que se alejan.
Nada te puede detener,
aunque tal vez lo quieras;
reflejos perdidos,
entre el miedo y la niebla.
Sales con tu frío,
pero ya no te quejas.
Que lejos está el camino,
que lleno de piedras.
El cielo te mira,
pero su miradas se hicieron viejas;
sales otra vez al gris,
al del miedo y sus aceras.
a este cielo gris de la mañana;
al vacío de calles repletas,
a los sueños que se alejan.
Nada te puede detener,
aunque tal vez lo quieras;
reflejos perdidos,
entre el miedo y la niebla.
Sales con tu frío,
pero ya no te quejas.
Que lejos está el camino,
que lleno de piedras.
El cielo te mira,
pero su miradas se hicieron viejas;
sales otra vez al gris,
al del miedo y sus aceras.
Rafa Marín
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