Se despierta este ruin céfiro
que me asalta en las esquinas
y me invita a navegar.
Mil puertos sin refugio,
infiernos en los que recalar.
Miro el oleaje, ondulante gris
y las olas blancas de espuma y sal.
Dime tú, compañero.
que me asalta en las esquinas
y me invita a navegar.
Mil puertos sin refugio,
infiernos en los que recalar.
Miro el oleaje, ondulante gris
y las olas blancas de espuma y sal.
Dime tú, compañero.
Dime, insondable mar,
¿hay cantos para este Odiseo?
¿o sólo tierra firme para penar?
Entre letras sello mi destino,
que no es otro sino caminar.
Cielos grises sobre el aguacero
y niebla entre los pinos
y de cansancio suspirar.
¿o sólo tierra firme para penar?
Entre letras sello mi destino,
que no es otro sino caminar.
Cielos grises sobre el aguacero
y niebla entre los pinos
y de cansancio suspirar.
Encrucijada sin blues,
ni guitarras ni curvas
ni torsos a los que abrazar.
Sólo la línea del infinito
y un poema que cantar.
ni guitarras ni curvas
ni torsos a los que abrazar.
Sólo la línea del infinito
y un poema que cantar.
Rafa Marín
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