El sol
se aparta
cortés
cediendo el
camino
a la dama
que hacia el
amor avanza.
Corceles de
fuego
son Marte y
Venus.
Tiran del
cielo
desplegando la
noche
a su paso.
Me sumerjo en
lino
apacible y
fresco.
La tarde se
apresura
en su cadencia
cálida.
Descanso un
momento
y retomo
urgente
el camino de
tu mar.
Acabada la
jornada
y su ritmo de
bolero.
Un viaje en
tren
me lleva entre
bostezos.
La noche se
llenó
de suspiros
sinceros.
Y sólo fueron
eso.
Todo se quedó
en la
esperanza
de tus besos.
Rafa Marín
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