No nos
olvidamos de soñar,
sólo olvidamos
cumplir
nuestros
propios sueños.
Cada noche que
a escondidas
nos sumimos en
amargos silencios,
acariciando esos
viejos libros
que nunca
abriremos por temor
a los mismos
fantasmas del miedo.
Nos
preguntamos por qué
dejamos de
mirar hacia adelante
y dimos el
primer paso atrás.
Quieres que te
ame sin medir
las
consecuencias que me oprimen
y yo no se
amar como tú me pides.
Soy un corazón
en la mente
de un caballo
desbocado saltando
al vacío de la
mediocridad.
Demasiado
ocupado en sobrevivir
para que el
resto del mundo me contagie
con sus mitos
e ilusiones tan gastadas.
Mi hijo es el
único milagro en el que creo.
Rafa Marín
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